Con la llegada del frío, el viento y la calefacción, nuestra piel sufre más de lo habitual, especialmente en zonas delicadas como los labios y las manos. Ambas partes carecen de las glándulas sebáceas suficientes para mantenerse hidratadas de forma natural, por lo que tienden a resecarse, agrietarse e incluso irritarse.
Para evitarlo, es fundamental adaptar la rutina de cuidado y usar productos específicos que protejan, reparen y nutran en profundidad. Aquí te contamos cómo hacerlo paso a paso.
1. Cuidado de los labios: hidratación y protección constante
Durante el invierno, los labios pierden humedad rápidamente y pueden agrietarse si no se cuidan adecuadamente.
Exfolia suavemente una vez por semana
Elimina las células muertas con un exfoliante labial suave o una mezcla casera de azúcar y miel. Esto ayudará a que los bálsamos se absorban mejor y los labios se vean más lisos y suaves.
Usa un bálsamo labial nutritivo
Opta por productos con manteca de karité, cera de abeja, aceite de coco o de almendras, que sellan la hidratación y protegen del frío. Aplícalo varias veces al día, especialmente antes de salir de casa y antes de dormir.
Evita lamerte los labios
Aunque pueda parecer que los humedeces, la saliva se evapora rápidamente y provoca el efecto contrario: más sequedad y grietas.
Truco casero: aplica una capa de miel durante 10 minutos antes de dormir y retírala con agua tibia; notarás los labios más suaves y calmados al instante.
2. Cuidado de las manos: hidratación y protección diaria
El frío y los lavados frecuentes pueden debilitar la barrera cutánea de las manos, dejándolas secas, ásperas o con pequeñas grietas.
Lava tus manos con jabones suaves
Evita los jabones con sulfatos o alcohol y elige fórmulas hidratantes con glicerina o avena, que limpian sin resecar.
Aplica crema nutritiva después de cada lavado
Lleva siempre una crema de manos con manteca de karité, aceite de jojoba o glicerina. Estos ingredientes restauran la barrera natural de la piel y la mantienen protegida durante horas.
Usa guantes
Tanto para protegerte del frío como al realizar tareas domésticas, los guantes son tus mejores aliados para evitar el contacto con detergentes o el aire gélido.
Truco casero: antes de dormir, aplica una capa generosa de crema y cúbrete las manos con guantes de algodón durante la noche. Al despertar, las notarás suaves y regeneradas.
3. Hidrata desde dentro
No olvides que el frío también puede deshidratar la piel desde el interior. Bebe suficiente agua y consume alimentos ricos en omega-3, vitamina E y antioxidantes para mantener tus labios y manos nutridos desde dentro.
Mima las zonas que más lo necesitan
Los labios y las manos reflejan el estado general de tu piel y merecen una atención especial en los meses fríos. Con bálsamos protectores, cremas nutritivas y algunos cuidados constantes, puedes mantenerlos suaves, flexibles y saludables durante todo el invierno.
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